sábado, 26 de junio de 2010

AMENAZAS A UNA HIJA DE DESAPARECIDOS EN LA PLATA

La misma imagen 34 años después

Entraron a la casa de Eleonora Mogilner, pero no se llevaron nada. Abrieron la puerta del altillo, como cuando secuestraron a su mamá en esa misma casa. Le dejaron un cuchillo en la cama junto a sus cosas de valor. Su tío declaró en la causa sobre la Unidad 9. Otros testigos de ese juicio también fueron amenazados  
Por Victoria Ginzberg

La tapa en el cielorraso que da al altillo, abierta. Esta imagen remite en Eleonora Mogilner al secuestro de su madre, que sigue desaparecida. Esa tapa fue lo primero que ella y sus hermanos vieron en junio de 1976 cuando la patota que se había llevado a Beatriz Regalía los dejó salir del cuarto donde los tuvo encerrados casi un día entero. La misma tapa que vio levantada hace doce días, cuando llamó a la policía porque creía que le habían robado. De la casa no se llevaron nada de valor. Pero dejaron un cuchillo sobre la cama, el camino al altillo despejado y la certeza de que el episodio era una amenaza.

“Hubo una sobreactuación de impunidad. El mensaje está claro: ‘Entramos y salimos de donde queremos, cuando queremos, conocemos esta casa’. No es una amenaza a nosotros en particular, es a todos y está hecha en la ciudad donde secuestraron a Julio López”, dice el tío de Eleonora, Guillermo Mogilner, que no tiene dudas de que el acontecimiento está relacionado con la causa sobre los crímenes cometidos en una Unidad 9, en la que él declaró en mayo, quince días antes de que los desconocidos entraran en lo de su sobrina.

El sábado 12 de junio Eleonora fue a una cena de HIJOS La Plata, que celebraba sus quince años. Volvió a su casa cerca de la una, abrió el portón de rejas para entrar el auto y vio pisadas en el barro que iban hasta una de las celosías. Miró por la ventana y vio pisadas de barro adentro. Trató de no hacer ruido, se quedó del otro lado del portón, dejó el auto en marcha y llamó al 911.

“Cuando llegó la policía y pude entrar, lo primero que vi y me asustó fue la tapa del altillo abierta y una silla abajo. Me hizo acordar al secuestro de mi mamá, que ocurrió en esa casa. Le pedí a la policía que suba allá, pensé que podía haber alguien”, cuenta Eleonora a Página/12.

En ese momento, ella creía que había sido víctima de un robo. En la cocina y el comedor las puertas de las alacenas estaban abiertas, pero todo estaba en su lugar. En su pieza había ropa tirada, el placard revuelto y pisadas sobre las cosas. Sobre la cama, llamaba la atención un par de zapatillas sin estrenar. “Qué raro, no se llevaron esto”, le comentó una mujer policía. Tampoco se habían llevado el televisor, ni el equipo de música. Le preguntaron si tenía algo de valor y sólo recordó un sobre con 700 dólares que en ese momento no vio. Con el dato del dinero faltante la policía se fue del lugar.

Un rato después, Eleonora se puso a ordenar el contenido de varios cajones que estaba disperso sobre la cama. Así, encontró el cuchillo, que ella había dejado en la cocina y un sobrecito de madera que decía 700 y tenía los dólares adentro. También había una cámara de fotos, un grabador y dos alhajeros que le habían dado vuelta. No faltaban una argollita y un anillo que podían ser de interés para cualquier ladrón. “Me di cuenta de que estaban todas las cosas de valor, que no se habían llevado nada y me asusté. Pensé ‘esto es otra cosa’”.

No había sido un mes sencillo. El 9 de junio se cumplieron 34 años del secuestro de su mamá –cuando ella tenía diez– en esa misma casa, y el 31 de mayo escuchó la declaración de su tío Guillermo en el juicio de la Unidad 9. Guillermo Mogilner no sólo habló allí de su detención.

Al día siguiente del secuestro de Beatriz Regalia, su hermana Dora Ethel fue a buscar a Eleonora para llevarla a la clase de gimnasia. Los represores que habían copado la casa la encerraron junto con sus sobrinos y, a la tarde, cuando dejaron a los tres niños con los vecinos, la secuestraron. “Para salir le sacaron una capucha que le habían puesto para que los vecinos no ‘creyeran’ que era un secuestro. Tiraron una manta al piso y delante de los chicos empezaron a cargar las cosas de la casa, los electrodomésticos, la vajilla; el tipo que levantaba el paquete dijo: ‘Esto es para las chicas del cabaret’”, cuenta Guillermo. Dora Ethel estuvo tres días en algún lugar que no pudo identificar. Fue liberada el 12 de junio de 1976. El papá de Eleonora y hermano de Guillermo, Juan Mogilner, desapareció en Córdoba en 1977 junto a su segunda mujer. La madre de Guillermo y Juan también fue llevada por unos días a un centro clandestino y su padre tuvo que exiliarse en Suecia. “Cuando viene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, él y el padre de otro compañero que estaba preso llevaron en secreto al presidente de la CIDH a ver el centro clandestino de Arana, que habían demolido, y La Cacha, que era un centro relacionado con la U9. A los quince días, a mi viejo se le salen las gomas del auto, no se mató de causalidad. Se fue y volvió en 1984”, relata Guillermo. Agrega que mientras él estaba en la cárcel, su mujer se salvó por pocos minutos de ser secuestrada y sus hijos, que quedaron con vecinos, terminaron en La Pampa. “Durante cinco años no supe nada de ellos. Vivieron en el exilio interior, en la miseria. La nuestra es una familia golpeada por la represión, como las de tantos miles. Pero eso establece una relación, un sentido del deber de tener que aclarar esta situación”, asegura Guillermo.

A partir del falso robo en la casa de Eleonora, los Mogilner se enteraron de que no eran los únicos testigos que habían sido intimidados.

El primer día del juicio, dos personas fueron a la casa de Juan Scatolini y le dejaron dicho que no se olvidara de que “tenía que votar a los de Azul”. Eduardo Caldarola, que vive en España, recibió llamados cuando viajó a la Argentina para declarar. Enrique Fidalgo, psicólogo del Comité de Defensa de la Salud, la Etica y los Derechos Humanos, que trabaja con la contención a testigos, denunció que entraron tres veces a su casa. La última vez, el mismo día que amenazaron a Eleonora. Se llevaron un pendrive y se comieron unas empanadas. “En mi heladera no tengo nada potable, pero al otro día de este hecho, cuando fui a buscar unos postrecitos dietéticos que tenía, me di cuenta de que no estaban”, relaciona Eleonora.

“Acá hay un salto. Ya no son amenazas telefónicas. Acá hay prepotencia, impunidad. ‘Te doy vuelta la casa, me como las cosas de la heladera, no me llevo nada’. La silla debajo de la tapa del altillo. Este mensaje está rodeado de ambigüedades que no son ambigüedades. No te dejan una nota diciendo ‘ha sido amenazado’. Tu cabeza te da vueltas y otra gente te pregunta ¿estás seguro? Pero el mensaje es claro y está relacionando el secuestro de Beatriz con la actualidad. Hay un lenguaje que entienden las víctimas. ¿Por qué Eleonora se acordó del secuestro de su madre? Porque le están haciendo acordar a ese secuestro. Es obvio que el que estuvo el sábado a la noche en la casa de ella o el que lo mandó, estuvo en el procedimiento”, asegura Guillermo.

A Eleonora le preocupa la naturalización de estos hechos: “Hay gente que te dice: ‘No te preocupes, todo el mundo está amenazado. No pasa nada’. Pero la amenaza ya es algo que pasa”.

“Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra –agrega Guillermo citando a Simón de Beauvoir–. En esta causa hay 200 testigos, no se puede proteger a todos y a sus familiares. En cambio, sí se puede investigar un puñado de personas, que está muy acotado. Este mensaje es específico y tiene que haber sido de alguien que estuvo allá y está acá. Este tipo de mensajes, además, tiene una tecnología, no lo puede hacer cualquiera. Es gente que ya lo ha hecho, gente con disciplina para no llevarse ni 25 dólares. La construcción de esa escena tiene una tecnología que no la maneja cualquiera. Que esto pase en 2010 es un escándalo y no nos podemos acostumbrar. Si es política de Estado que estos juicios sigan adelante, si es política de Estado que en democracia exista igualdad ante la ley y a los represores se les garantiza su derecho a defensa, que lo tienen, se lo respeto. Que usen su derecho hasta la última chicana. Pero las víctimas no tienen garantizado su derecho de ir a acusar a quienes los victimizaron.”

jueves, 24 de junio de 2010

INFORME REUNIÓN DEL EMVyJ MARTES 22 DE JUNIO

Compañeros y compañeras:

Se realizó la reunión del Encuentro para discutir como proseguir con la campaña contra la criminalización de las luchas y otras actividades de la semana.

Se aprobaron las siguientes actividades para los próximos días:

1)      El sábado 26 de junio el encuentro Memoria Verdad y Justicia convoca al acto en repudió a la masacre de Puente Pueyrredón la consigna es De Duhalde a los Kirchner 8 años de impunidad.

2)      Lunes 28 de junio, se cumple un año del golpe en Honduras, nos sumamos a la Marcha que se realizará a las 19 hs desde el Congreso hasta el Consulado de este país hermano en repudio al golpe de Estado.

3)      Martes 29 de junio,  alega la defensa en el juicio contra Martino. A partir de las 10 hs nos concentramos en Plaza Canadá para marchar a Comodoro Py.

Para continuar con la Campaña contra la criminalización de las luchas se aprobaron las siguientes propuestas:

1)      Se redactará un pronunciamiento del Encuentro y se usará para conseguir la máxima cantidad de  adhesiones tanto de agrupaciones sociales, gremiales  y políticas como de personalidades. El borrador será redactado por los organismos de derechos humanos del Encuentro y se discutirá en la reunión plenaria del martes 6 de julio.

2)      Se fijó como fecha para convocar a una gran movilización contra la criminalización de la protesta social el viernes 23 de julio. 

3)      Pedimos a todas las organizaciones nos hagan llegar los casos de procesamientos que conozcan para poder denunciarlos y  poder difundir la situación de la manera más completa que nos sea posible.

4)      Para poder cumplir con las tareas de propaganda que esta marcha requiere pedimos a todas las organizaciones que participan de Encuentro el aporte financiero imprescindible. Se aprobó que, en principio,  las organizaciones chicas aporten $100 y las organizaciones grandes $200.

ACLARACIÓN: Por problemas organizativos en la federación de Asociaciones Gallegas no podremos reunirnos en su local durante el próximo mes.

PRÓXIMA REUNIÓN DEL ENCUENTRO MARTES 6 DE JULIO EN LAS OFICINAS DE LIBERPUEBLO RIVADAVIA 2206-5º A
 
AEDD en EMVyJ

lunes, 21 de junio de 2010

Campaña de HIJOS para la participación de la gente en las audiencias públicas de los juicios a los represores

En todo el país empezarán a leerse los afiches de la agrupación Hijos convocando a los mayores de 18 años a asistir a los juicios por delitos de lesa humanidad. Los hijos de desaparecidos aspiran a que las escuelas se interesen por la difusión.
Por Alejandra Dandan
Serán mil afiches de un metro por setenta centímetros esparcidos en distintos puntos del país. De un solo golpe de vista, la imagen muestra el avance de los juicios orales a los represores diseminados por todo el territorio. De provincia en provincia, de Chubut hasta Salta, los cuatro que se están haciendo en la Ciudad de Buenos Aires, el juicio en ausencia en Italia. La agrupación Hijos construyó el afiche con un lenguaje callejero no sólo para “visibilizar” la irradiación de los juicios, sino para algo todavía más importante: convocar a participar de las audiencias. “Si tenés 18 años o más –indica el afiche– podés asistir a los juicios trayendo sólo DNI o cédula.” La agrupación a esta altura está convencida de que el avance de los juicios depende de la presión colectiva.

Para Hijos el afiche refleja el pasaje de los escraches como herramienta política a este nuevo momento. “Hace quince años, empezamos viendo a Scilingo hablando de los vuelos de la muerte ligeramente para la televisión”, dice Giselle Tepper, de la agrupación. “Todavía tenían vigencia las leyes de la impunidad, todo parecía muy difícil; Hijos se sumó a un proceso que llevaban adelante las Madres y las Abuelas y en ese momento apareció la herramienta del escrache para lograr una condena social contra la impunidad; ahora llegaron los juicios, tarde y con mucho para saldar, pero reconocemos que están y queremos reflejar que anulamos la leyes entre todos y que para que sigan adelante los juicios tienen que estar apoyados por toda la sociedad.”
El afiche advierte sobre los juicios que se hacen y los que se están por hacer, como el del plan sistemático de robo de bebés que se iniciará en septiembre. El lenguaje evoca el sentido mundialista. “De los Tribunales directo a los penales”, dice la campaña, que alude a la doble dimensión de la idea del penal. La primera etapa arrancó el año pasado con la campaña “ponete la camiseta por el juicio y castigo”. Convocaron a Manu Chao, Florencia Peña, Federico Luppi en un proyecto que se extendió a recitales donde quienes se acercaban pintaban las remeras con stencil.
En el camino, avanzaron los juicios. La información era mucha. Ahora, dice Gisella, es el momento con más juicios orales, y era importante organizar los datos porque si no es muy difícil trasmitirlos. “Quien quiere pedir el afiche puede hacerlo, y también pensamos en un mapa viajero para escuelas, facultades, que se pueda ir y contar de qué se tratan estos juicios.”
Lo que fueron notando desde entonces en las audiencias es que, a medida que la información circulaba, había más gente que se acercaba. Muchos chicos no saben que pueden participar, dice Gisella, aunque no sean ni familiares ni estén vinculados a los organismos de derechos humanos. Se toparon con algún caso de quien intenta ir a Tribunales y, como no conoce el camino hasta las salas, terminó preguntándole a un policía de la entrada. El custodio les dijo que no había audiencias, cuando en realidad las había. Por eso hicieron dos cosas. En los afiches colocaron la mayor información sobre dónde se hacen los debates y además intentan ver cómo señalizar los Tribunales para llegar a las audiencias.
Pero no es lo único que sucedió. Las salas empezaron a poblarse. Una escuela invocó el derecho a la educación para poder presenciar el juicio de Campo de Mayo, aunque los alumnos eran menores de edad. En el juicio por la ESMA, participan estudiantes del IUNA que ensayan sus modelos vivos retratando represores, testigos y jueces. La Escuela de Cine de la Enerc filma las audiencias. Las facultades de Ciencias Sociales y de Filosofía de la UBA los declararon de “interés académico”. Pero todavía falta la presencia de los canales de televisión abierta.
“Muchos nos preguntan por qué los juicios no aparecen en televisión”, dice Gisella. “Una acordada de la Corte estipuló que pueden transmitirse imágenes sólo del inicio del debate, los alegatos y la sentencia. En el medio no, con un criterio que compartimos por el proceso pero también para no exponer a los testigos, porque no hay garantías de seguridad eficientes. Los canales pueden transmitir una parte, pero falta la decisión de ir a televisarlo.”

–¿La presencia de más gente ayudaría?

–La gobernación de Santa Fe tiene en la página web la transmisión on line de la juicios y esto lo podrían hacer todas las provincias. Los medios podrían tomarlo de ahí. Nos parece que debería haber un compromiso para la televisación; nos gustaría que se les preguntara a ellos por qué no construyen agenda con esto: no hay manera de entender la democracia si no es sobre la condena a los crímenes de la dictadura.

martes, 15 de junio de 2010

Encuentran historias clínicas de victimas de la dictadura militar


La Secretaría de Derechos Humanos halló fotocopias de seis historias clínicas de víctimas de las torturas durante la dictadura militar en La Pampa que el Tribunal Oral Federal había pedido al Hospital Dr. Lucio Molas.
Desde ese nosocomio informaron que esos documentos se perdieron debido a que el depósito se anegó durante la inundación de marzo de este año. Se temió que los jueces no pudieran contar con esas pruebas durante el juicio contra los represores pampeanos que se iniciará el 2 de agosto.

Sin embargo, el secretario Rubén Funes anunció ayer que encontró las fotocopias entre los diez cuerpos de fotocopias del expediente administrativo que se realizó a partir del año ‘83 para investigar la represión ilegal en la provincia. Dos empleados revisaron durante todo el día el voluminoso expediente de más de 2.700 fojas. En el día de hoy, la documentación se entregará al Tribunal Oral Federal.
Las históricas clínicas habían sido solicitadas en su momento por el sumariante, el comisario Timoteo Trohuill, a la Dirección del Molas. Hasta ayer, se encontraron las copias de la historias clínicas de Héctor Zolecio (más de 20 hojas), Rodolfo De Diego, Justo Roma, Julián Florez, Alberto Cuevas y María Zulema Arizo (la docente de Pasos de los Algarrobos, secuestrada y detenida durante tres meses).
Estas personas fueron derivadas desde la Seccional Primera, donde permanecían detenidas ilegalmente y sufrieron torturas, fueron sometidas a sesiones de picana eléctrica.
El Tribunal había pedido la documentación de Zolecio y de Ana Martínez, pero hasta ayer las copias de la mujer no habían aparecido. El caso generó un gran malestar en la Justicia y entre las víctimas. La Dirección del hospital dijo que el archivo se destruyó por la inundación del 8 de marzo, cuando cayeron casi 200 milímetros en Santa Rosa y se anegaron diferentes sectores del Molas.
El Tribunal Oral Federal le pidió el 22 de febrero al Molas las historias clínicas de Ana María Martínez y de Héctor Zolecio y también el nombre de los médicos que los atendieron. Sin embargo, los oficios no fueron respondidos a tiempo. En abril,  finalmente, avisaron desde el centro de salud que se había destruido el archivo, hasta el año 1995. 
(Fuente El Diario de La Pampa)

miércoles, 9 de junio de 2010

Sobre los juicios de Lesa Humanidad en La Rioja

Por Gabriela Schaller 

Son el resultado de una construcción social ya que ninguno de estos juicios hubiese sido posible sin la valentía de aquellos que se animaron a declarar, que se animaron a marchar, que se animaron a exigir justicia siempre. Aún en momentos en los que ir a una plaza a movilizarse implicaba un gran riesgo. Madres, abuelas, organismos de derechos humanos, familiares y amigos de todo el país han militado durante más treinta años para que estos juicios se concreten.

Hoy los compañeros a pesar de haber sido brutalmente torturados se sientan ante un estrado a rememorar los más terribles momentos que hayan vivido. Y no lo hacen para regodearse en la sangre, el dolor y la vergüenza. Lo hacen motivados por lo mismo que hace más de treinta años: por la justicia. Porque nuestro pueblo ha sido castigado desde siempre, y desde siempre ha habido compañeras y compañeros que lucharon contra toda dominación y sometimiento.

Como pueblo hemos aprendido y sabemos qué es lo que no queremos más. Por eso es que a lo largo y a lo ancho del país se están llevando adelante los juicios por los delitos de Lesa Humanidad.

Crímenes que parecen extraídos de ciencia ficción se describen en las desgarradoras audiencias a las que compañeras y compañeros se someten con el único fin de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.

La justicia, aunque a veces entorpecida por aquellos que se identifican con viejas prácticas, aunque a veces lerda y aunque a veces tarde, está llegando a la Argentina y a La Rioja. Porque es la única manera de construir un país y una provincia para todos.

Algunos genocidas ya están viejos, otros están enfermos, otros se hacen los enfermos o los seniles, otros se mueren antes o durante el juicio, otros se suicidan, pero todos, absolutamente todos eran hombres fuertes, vigorosos y siempre dispuestos para el trabajo sucio cuando cometieron los delitos en contra de nuestros bebés, niños, adolescentes, jóvenes, trabajadores y hasta de nuestros ancianos.

No se puede ni se debe construir un país igualitario cuando en la calle comparten nuestros espacios, los espacios de nuestros hijos, aquellos que fueron capaces de robar bebés, violar, torturar, matar, hacer desaparecer a toda una generación y sobre todo aquellos que, desde cargos públicos, fueron capaces de diseñar un plan de exterminio, aplicando el más vil Terrorismo de estado de la historia de nuestro país.

Nadie puede decir que nos mueve la venganza porque nunca hubo un caso de justicia por mano propia. En cambio de la otra parte, cuando ven que después de 30 años las instituciones de nuestro país vuelven a funcionar y con un juicio histórico, superando ampliamente al de Núremberg, va dejando tras las rejas a los seres más despreciables de la humanidad, entonces vuelven a aplicar sus viejos métodos como lo sucedido en todos los juicios que amenazan, amedrentan, entorpecen, dilatan y hasta asesinan como a la compañera Suppo o el compañero Julio López, entre otros.

Somos parte de la construcción de una sociedad con igualdad de oportunidades, con igual justicia, con los mismos derechos y obligaciones.

Vamos a seguir luchando desde nuestros trabajos, desde nuestras escuelas, desde nuestras organizaciones políticas, desde nuestros gremios, desde la calle y a viva voz por la liberación del ser humano.

POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
CARCEL COMUN Y EFECTIVA PARA TODOS LOS GENOCIDAS.

FIRMAN:

Por la Asociación de ex presos políticos filial La Rioja, su presidente Héctor Hugaz.
Por la Asociación de Maestros y Profesores Rogelio De Leonardi.
Por la Izquierda Socialista Ana Carolina Goycochea.
Por el Partido Comunista Hugo Galván.
Por la Cooperativa en Arte y Comunicación “Voces” Romina Gómez.
Por C.T.A. Camila Rodríguez.
Por T.A.C.U. Fernando Gómez.

OTRAS FIRMAS:

Gabriela Schaller, Rodolfo Maraga, Benito Santiago Julio, Juan Carlos Gómez, Martín de la Fuente, Luis Gómez, Miguel Godoy, Lucila Maraga, Alba Lanzillotto, entre otros.

lunes, 7 de junio de 2010

Escrache realizado contra el genocida Rolando Teolindo Funes


*Compañeras y compañeros:*
A continuación reproducimos el documento que se leyó en el escrache realizado contra el genocida Rolando Teolindo Funes el viernes pasado, en su casa (9 de julio 1273, Cipolletti). El escrache y el documento fueron construidos entre *varixs vecinxs de Cipo*, el *Movimiento Dignidad*, el *Frente Darío Santillán*, e *H.I.J.O.S. Alto Valle*.
“La justicia es el acto final en el ejercicio previo de la resistencia social y del poder colectivo…” Mirta Mántaras
Hoy buscamos desenmascarar al buen vecino para mostrar al espía, al buchón, al  icario; es decir, a un genocida que cobardemente se mezcla entre nosotros. Con el  escrache buscamos señalar a este genocida como a cualquier otro genocida para  que caiga sobre él la condena social.
Reivindicamos el escrache como una herramienta de denuncia, que permite socializar la identidad de cada uno de los genocidas que aún están sueltos como, en  este caso, Rolando Teolindo Funes.
Creemos que sólo manteniendo la memoria viva, tendremos una sociedad comprometida, que construya su propia justicia, una justicia popular. Una justicia que no se construye dentro de las paredes de un juzgado, sino en la calle, de forma activa y consciente.
Rescatar la memoria colectiva, implica un proceso continuo, permanente, que no facilite una sociedad funcional al genocidio. Un genocidio que se construye no sólo con un genocida y con una víctima, sino con una sociedad cómplice e ignorante. Es por eso que hoy vinimos hasta acá, para poner en práctica la justicia popular…
Escrachamos a este oscuro personaje: Rolando Teolindo Funes es un genocida que trabajó en el ámbito de la Universidad del Comahue como colaborador del funesto interventor Remus Tetu, quien coordinó desde la Universidad el accionar de la  Triple A en la región. La presunta actividad desplegada por Funes consistió en la  recolección de información sobre la actividad y los actores de la vida universitaria, con fines de persecución política. De tal modo, las presuntas labores de recolección de información atribuidas se vinculan como necesario antecedente de los secuestros, aplicación de tormentos y desapariciones de personas.
Actividades tales como infiltración en asambleas estudiantiles y otros espacios  sociales, amenazas, vigilancia y seguimiento de personas, se presumen desplegadas con el objetivo de “individualizar” al “oponente” a fin de posibilitar su “aniquilación”. Su tarea la realizaba con Raúl Guglielminetti, Raúl Giorgi, Ricardo Wygladacz y José Luis Cáceres, entre otros esbirros dentro del “Grupo de vigilancia” de Tetu.
Fue un engranaje importante para el funcionamiento de la Triple A en la zona,  fundamentalmente en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) a partir de su cercanía con la Concentración Nacional Universitaria (CNU), el grupo de  ultraderecha vinculado a esta estructura paramilitar. El interventor Remus Tetu firmó en el año 75 varias resoluciones en las cuales se nombra a este genocida a cargo de la Dirección de Extensión Universitaria y en la Secretaría General de  Extensión de la Universidad Nacional de Comahue, desempeñando idénticas funciones y en forma paralela en la Universidad Nacional del Sur. Este personaje era el encargado, junto a Raúl Giorgi, de preparar los informes para Tetu, con los cuales se expulsaba a los estudiantes y se cesanteaba a los trabajadores. Los mismos elevaban dichos informes al juzgado federal para que les abrieran causas por “terroristas”.
También fue quien posibilitó que se perpetrara el atentado en marzo de 1975 a la agencia del diario “Río Negro”, ya que fue quien entregó el arma a los ya mencionados genocidas Guglielminetti y Cáceres.  Luego fue juez de paz en la ciudad de Cipolletti durante años de gobiernos constitucionales.
Hoy podemos encontrarlo cotidianamente caminando por las calles de Cipolletti con total impunidad, tomando café con amigos en un conocido y céntrico bar.
Las compañeras y los compañeros asesinados por el aparato montado desde la doctrina de seguridad nacional, y sostenido por las fuerzas armadas y los grupos de poder económico, combatían por un mundo mejor, por un mundo de  iguales sin carencias. Quienes llevaron a cabo el genocidio lo hicieron con la convicción de  mantener las estructuras de este sistema capitalista tal cual estaban, e incluso perfeccionarlas para garantizar el beneficio de pocos en base al destajo de casi todos.
Las y los compañeros fueron asesinados, acallados o permanecen desaparecidos. Las y los genocidas están sueltos, regodeándose de su supuesto éxito y quejándose de los docentes y médicos que hacen paros, de la gente que no tiene trabajo, techo o tierra.
Saber que los genocidas están entre nosotros sin recibir el castigo de la “justicia” porque son ellos mismos y sus cómplices quienes la imparten no puede ser una puteada al aire: tiene que ser mensaje, tiene que ser reguero de pólvora para que podamos seguir gritando y actuando: como no hay justicia hay escrache…
“La impunidad está tapada de silencio y sin embargo grita…¿escuchás?*”
H.I.J.O.S. H*ijos por la *I*dentidad y la *J*usticia contra el *O*lvido y el *S*ilencio - ALTO VALLE
hijosaltovalle@infovia.com.ar - www.hijosaltovalle.com