UNA CARAVANA DE AUTOS LLEGO HASTA CAMPO SAN PEDRO DONDE ENCONTRARON RESTOS DE DESAPARECIDOS.
En medio de una gran emoción, los autos recorrieron los 50 kilómetros que llevan al campo donde el hace poco más de un mes, el equipo Argentino de Antropología Forense halló restos humanos con claros signos de disparos.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Flores, lágrimas y la angustia a flor de piel. La caravana hasta el campo San Pedro fue ayer una marcha de corazones estrujados. Decenas de vehículos recorrieron los 50 kilómetros desde Santa Fe hasta la tranquera del predio del Ejército, donde a principios de junio una investigación judicial de enterramientos clandestinos de la dictadura descubrió una fosa común con los restos de ocho personas, seis de ellas con lesiones en el cráneo compatibles con heridas de bala. "Las pruebas del genocidio", dijo la abogada de Hijos, Lucila Puyol. El campo está en el medio de la nada y para llegar hay un camino largo y polvoriento. "El mismo camino que recorrieron nuestros compañeros para ser exterminados. El camino final", afirmó Jorge Castro, de la Casa de Derechos Humanos, que inició la causa judicial hace tres años. "Pero vamos a volver "prometió porque hay más tumbas en San Pedro y las vamos a encontrar aunque nos lleve el tiempo que nos lleve".
La tranquera del campo militar quedó ayer regada de claveles rojos y blancos. Las madres y los hijos los arrojaron desde el otro lado, rodeados por una multitud que los acompañó. "Un abrazo simbólico", afirmó una de las mujeres con pañuelo blanco, Celina Kofman. "Un reencuentro con nuestros hijos que nos da fuerza para seguir en la lucha".
La caravana partió a media mañana desde el Parque Federal de Santa Fe. Fue una marcha lenta hasta Laguna Paiva por la ruta pavimentada y desde allí doce kilómetros de tierra hasta San Pedro, un propiedad del Ejército de más de 3 mil hectáreas, aunque sólo 100 están bajo investigación judicial. La fosa común apareció en un monte bajo cubierta de un manto de cal. En la entrada del campo no hubo discursos, sólo una poesía y canciones.
Cerca del mediodía, la caravana volvió hasta la plaza de Laguna Paiva, donde el intendente Rodrigo Fernández recibió a los manifestantes. El cielo ya estaba limpio y el sol a la vista. "Hoy es un día muy fuerte para las madres, los hermanos, los hijos, los compañeros", dijo Celina Kofman en el arranque del acto. Y agradeció el testimonio de pobladores de Laguna Paiva que permitieron descubrir "este enterramiento clandestino, si es que es que se lo puede llamar así. De esta manera, comenzó una causa judicial que va a seguir adelante y no va a parar hasta que se recupere el último de los cuerpos y se identifique a todos".
Kofman recordó que el hallazgo en San Pedro es la primera fosa común que aparece en la Argentina en un campo del Ejército. "Los restos encontrados tienen evidentes signos de fusilamiento, lo que corrobora una vez más las denuncias y la responsabilidad de los militares en el genocidio", explicó. "En este lugar están nuestros hijos. No importan sus nombres hasta que sean identificados: son nuestros hijos, los que dieron la vida por otro país. ¿Quién dijo que están muertos" "se preguntó Celina Sólo Videla pudo haberlos llamados desaparecidos. Están en cada brazo que se levanta, en cada reclamo, en cada niño que llora de hambre, en los sueños del pueblo".
Después, un grupo de militantes de Hijos hicieron escuchar sus palabras. "Cada tumba que se abre es una prueba más del terrorismo de estado que nos permite avanzar en el juicio y castigo a los genocidas", dijo Lucila Puyol. "Y que quede claro de una vez: lo que sucedió en nuestro país fue un genocidio. En la provincia hubo genocidio, este hallazgo lo demuestra. Y los responsables de ese Ejército genocida que secuestró, torturó, masacró, asesinó, desapareció cuerpos tienen nombres y apellidos en Santa Fe: coronel José María González, (jefe del Area 212 hasta diciembre de 1976), a quien después sucedió el coronel Juan Orlando Rolón que murió impune; teniente coronel Jorge Roberto Diab (ex subjefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122), teniente coronel Domingo Morales (ex oficial del Destacamento de Inteligencia 122), Mario Carmelo Ferger (suboficial en el Batallón de Ingenieros Anfibios 601), teniente coronel Roberto Pedro Arrieta (ex jefe del Distrito Militar Santa Fe), general Carlos Alberto Settel (ex jefe del Batallón de Comunicaciones 121). Todos ellos están procesados por delitos de lesa humanidad, pero en libertad o con prisión domiciliaria por orden de la Cámara de Casación Penal", advirtió.
Por los sobrevivientes de la dictadura habló Silvia Abdolatif. "Cuando íbamos para el campo, el camino parecía largo y espinoso. Y largo y espinoso fue el camino que recorrimos para lograr justicia y verdad", recordó. "Hoy, somos testimonios vivos en cada juicio a los genocidas, que siguen mintiendo, siguen convencidos que lo que hicieron está bien y le siguen faltando el respeto a las madres, a los hijos y a nuestro país".
El cierre le tocó a Jorge Castro, de la Casa de Derechos Humanos. "Hoy en un día histórico. Venimos a renovar el compromiso por la justicia y la verdad histórica", dijo. Y también agradeció los aportes de vecinos de Laguna Paiva que "aún hoy no podemos nombrar por su seguridad porque a doce kilómetros de aquí está el testimonio del genocidio". "Un compañero que anotó los datos en un cuaderno que aún conserva. Aquellos que una noche vieron los fusilamientos y luego transmitieron el recuerdo a sus hijos. Los que nos guiaron. Ese hombre que nos dio los datos precisos. Los que recorrieron miles de kilómetros para hallar los cuerpos. Los que entraron al campo San Pedro. A todos ellos, ¡salud!", agregó Castro. "La memoria está más viva que nunca porque todo el pueblo libra una batalla por una Argentina más democrática. Tal vez los juicios no logren condenarlos a todos, pero la única forma de construir otra Argentina es partir de la verdad. No hay otra manera".
Castro recordó también el día que recibieron la noticia del hallazgo de la fosa común. Era el 9 de junio. "Los compañeros del Equipo Argentino de Antropología Forense nos dijeron una frase que nos une: "Son nuestros. Son del pueblo argentino". Y vamos a volver porque hay más tumbas en el campo San Pedro. Las vamos a encontrar aunque nos lleve el tiempo que nos lleve para enjuiciar a todos los ejecutores, desde el primero hasta el último", finalizó.
En medio de una gran emoción, los autos recorrieron los 50 kilómetros que llevan al campo donde el hace poco más de un mes, el equipo Argentino de Antropología Forense halló restos humanos con claros signos de disparos.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Flores, lágrimas y la angustia a flor de piel. La caravana hasta el campo San Pedro fue ayer una marcha de corazones estrujados. Decenas de vehículos recorrieron los 50 kilómetros desde Santa Fe hasta la tranquera del predio del Ejército, donde a principios de junio una investigación judicial de enterramientos clandestinos de la dictadura descubrió una fosa común con los restos de ocho personas, seis de ellas con lesiones en el cráneo compatibles con heridas de bala. "Las pruebas del genocidio", dijo la abogada de Hijos, Lucila Puyol. El campo está en el medio de la nada y para llegar hay un camino largo y polvoriento. "El mismo camino que recorrieron nuestros compañeros para ser exterminados. El camino final", afirmó Jorge Castro, de la Casa de Derechos Humanos, que inició la causa judicial hace tres años. "Pero vamos a volver "prometió porque hay más tumbas en San Pedro y las vamos a encontrar aunque nos lleve el tiempo que nos lleve".
La tranquera del campo militar quedó ayer regada de claveles rojos y blancos. Las madres y los hijos los arrojaron desde el otro lado, rodeados por una multitud que los acompañó. "Un abrazo simbólico", afirmó una de las mujeres con pañuelo blanco, Celina Kofman. "Un reencuentro con nuestros hijos que nos da fuerza para seguir en la lucha".
La caravana partió a media mañana desde el Parque Federal de Santa Fe. Fue una marcha lenta hasta Laguna Paiva por la ruta pavimentada y desde allí doce kilómetros de tierra hasta San Pedro, un propiedad del Ejército de más de 3 mil hectáreas, aunque sólo 100 están bajo investigación judicial. La fosa común apareció en un monte bajo cubierta de un manto de cal. En la entrada del campo no hubo discursos, sólo una poesía y canciones.
Cerca del mediodía, la caravana volvió hasta la plaza de Laguna Paiva, donde el intendente Rodrigo Fernández recibió a los manifestantes. El cielo ya estaba limpio y el sol a la vista. "Hoy es un día muy fuerte para las madres, los hermanos, los hijos, los compañeros", dijo Celina Kofman en el arranque del acto. Y agradeció el testimonio de pobladores de Laguna Paiva que permitieron descubrir "este enterramiento clandestino, si es que es que se lo puede llamar así. De esta manera, comenzó una causa judicial que va a seguir adelante y no va a parar hasta que se recupere el último de los cuerpos y se identifique a todos".
Kofman recordó que el hallazgo en San Pedro es la primera fosa común que aparece en la Argentina en un campo del Ejército. "Los restos encontrados tienen evidentes signos de fusilamiento, lo que corrobora una vez más las denuncias y la responsabilidad de los militares en el genocidio", explicó. "En este lugar están nuestros hijos. No importan sus nombres hasta que sean identificados: son nuestros hijos, los que dieron la vida por otro país. ¿Quién dijo que están muertos" "se preguntó Celina Sólo Videla pudo haberlos llamados desaparecidos. Están en cada brazo que se levanta, en cada reclamo, en cada niño que llora de hambre, en los sueños del pueblo".
Después, un grupo de militantes de Hijos hicieron escuchar sus palabras. "Cada tumba que se abre es una prueba más del terrorismo de estado que nos permite avanzar en el juicio y castigo a los genocidas", dijo Lucila Puyol. "Y que quede claro de una vez: lo que sucedió en nuestro país fue un genocidio. En la provincia hubo genocidio, este hallazgo lo demuestra. Y los responsables de ese Ejército genocida que secuestró, torturó, masacró, asesinó, desapareció cuerpos tienen nombres y apellidos en Santa Fe: coronel José María González, (jefe del Area 212 hasta diciembre de 1976), a quien después sucedió el coronel Juan Orlando Rolón que murió impune; teniente coronel Jorge Roberto Diab (ex subjefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122), teniente coronel Domingo Morales (ex oficial del Destacamento de Inteligencia 122), Mario Carmelo Ferger (suboficial en el Batallón de Ingenieros Anfibios 601), teniente coronel Roberto Pedro Arrieta (ex jefe del Distrito Militar Santa Fe), general Carlos Alberto Settel (ex jefe del Batallón de Comunicaciones 121). Todos ellos están procesados por delitos de lesa humanidad, pero en libertad o con prisión domiciliaria por orden de la Cámara de Casación Penal", advirtió.
Por los sobrevivientes de la dictadura habló Silvia Abdolatif. "Cuando íbamos para el campo, el camino parecía largo y espinoso. Y largo y espinoso fue el camino que recorrimos para lograr justicia y verdad", recordó. "Hoy, somos testimonios vivos en cada juicio a los genocidas, que siguen mintiendo, siguen convencidos que lo que hicieron está bien y le siguen faltando el respeto a las madres, a los hijos y a nuestro país".
El cierre le tocó a Jorge Castro, de la Casa de Derechos Humanos. "Hoy en un día histórico. Venimos a renovar el compromiso por la justicia y la verdad histórica", dijo. Y también agradeció los aportes de vecinos de Laguna Paiva que "aún hoy no podemos nombrar por su seguridad porque a doce kilómetros de aquí está el testimonio del genocidio". "Un compañero que anotó los datos en un cuaderno que aún conserva. Aquellos que una noche vieron los fusilamientos y luego transmitieron el recuerdo a sus hijos. Los que nos guiaron. Ese hombre que nos dio los datos precisos. Los que recorrieron miles de kilómetros para hallar los cuerpos. Los que entraron al campo San Pedro. A todos ellos, ¡salud!", agregó Castro. "La memoria está más viva que nunca porque todo el pueblo libra una batalla por una Argentina más democrática. Tal vez los juicios no logren condenarlos a todos, pero la única forma de construir otra Argentina es partir de la verdad. No hay otra manera".
Castro recordó también el día que recibieron la noticia del hallazgo de la fosa común. Era el 9 de junio. "Los compañeros del Equipo Argentino de Antropología Forense nos dijeron una frase que nos une: "Son nuestros. Son del pueblo argentino". Y vamos a volver porque hay más tumbas en el campo San Pedro. Las vamos a encontrar aunque nos lleve el tiempo que nos lleve para enjuiciar a todos los ejecutores, desde el primero hasta el último", finalizó.
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