Por Gabriela Schaller
Son el resultado de una construcción social ya que ninguno de estos juicios hubiese sido posible sin la valentía de aquellos que se animaron a declarar, que se animaron a marchar, que se animaron a exigir justicia siempre. Aún en momentos en los que ir a una plaza a movilizarse implicaba un gran riesgo. Madres, abuelas, organismos de derechos humanos, familiares y amigos de todo el país han militado durante más treinta años para que estos juicios se concreten.
Hoy los compañeros a pesar de haber sido brutalmente torturados se sientan ante un estrado a rememorar los más terribles momentos que hayan vivido. Y no lo hacen para regodearse en la sangre, el dolor y la vergüenza. Lo hacen motivados por lo mismo que hace más de treinta años: por la justicia. Porque nuestro pueblo ha sido castigado desde siempre, y desde siempre ha habido compañeras y compañeros que lucharon contra toda dominación y sometimiento.
Como pueblo hemos aprendido y sabemos qué es lo que no queremos más. Por eso es que a lo largo y a lo ancho del país se están llevando adelante los juicios por los delitos de Lesa Humanidad.
Crímenes que parecen extraídos de ciencia ficción se describen en las desgarradoras audiencias a las que compañeras y compañeros se someten con el único fin de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.
La justicia, aunque a veces entorpecida por aquellos que se identifican con viejas prácticas, aunque a veces lerda y aunque a veces tarde, está llegando a la Argentina y a La Rioja. Porque es la única manera de construir un país y una provincia para todos.
Algunos genocidas ya están viejos, otros están enfermos, otros se hacen los enfermos o los seniles, otros se mueren antes o durante el juicio, otros se suicidan, pero todos, absolutamente todos eran hombres fuertes, vigorosos y siempre dispuestos para el trabajo sucio cuando cometieron los delitos en contra de nuestros bebés, niños, adolescentes, jóvenes, trabajadores y hasta de nuestros ancianos.
No se puede ni se debe construir un país igualitario cuando en la calle comparten nuestros espacios, los espacios de nuestros hijos, aquellos que fueron capaces de robar bebés, violar, torturar, matar, hacer desaparecer a toda una generación y sobre todo aquellos que, desde cargos públicos, fueron capaces de diseñar un plan de exterminio, aplicando el más vil Terrorismo de estado de la historia de nuestro país.
Nadie puede decir que nos mueve la venganza porque nunca hubo un caso de justicia por mano propia. En cambio de la otra parte, cuando ven que después de 30 años las instituciones de nuestro país vuelven a funcionar y con un juicio histórico, superando ampliamente al de Núremberg, va dejando tras las rejas a los seres más despreciables de la humanidad, entonces vuelven a aplicar sus viejos métodos como lo sucedido en todos los juicios que amenazan, amedrentan, entorpecen, dilatan y hasta asesinan como a la compañera Suppo o el compañero Julio López, entre otros.
Somos parte de la construcción de una sociedad con igualdad de oportunidades, con igual justicia, con los mismos derechos y obligaciones.
Vamos a seguir luchando desde nuestros trabajos, desde nuestras escuelas, desde nuestras organizaciones políticas, desde nuestros gremios, desde la calle y a viva voz por la liberación del ser humano.
POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
CARCEL COMUN Y EFECTIVA PARA TODOS LOS GENOCIDAS.
FIRMAN:
Por la Asociación de ex presos políticos filial La Rioja, su presidente Héctor Hugaz.
Por la Asociación de Maestros y Profesores Rogelio De Leonardi.
Por la Izquierda Socialista Ana Carolina Goycochea.
Por el Partido Comunista Hugo Galván.
Por la Cooperativa en Arte y Comunicación “Voces” Romina Gómez.
Por C.T.A. Camila Rodríguez.
Por T.A.C.U. Fernando Gómez.
OTRAS FIRMAS:
Gabriela Schaller, Rodolfo Maraga, Benito Santiago Julio, Juan Carlos Gómez, Martín de la Fuente, Luis Gómez, Miguel Godoy, Lucila Maraga, Alba Lanzillotto, entre otros.
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