Los trabajadores fueron torturados en la planta de la empresa.
Por: Gimena Fuertes
Luego de once años de iniciada la causa, los ex directivos de la automotriz Ford deberán prestar declaración indagatoria por el secuestro de los delegados gremiales y las torturas que les fueron aplicadas dentro de la misma planta que aun hoy posee en la localidad de Pacheco.
Los imputados, sospechosos de haber señalado a los delegados para que sean secuestrados, son el entonces presidente y representante legal de la firma Nicolás Courard, el subgerente Pedro Müller, el jefe de personal Guillermo Galarraga y el jefe de seguridad de la planta Héctor Sibilla. Todos ellos están acusados como partícipes necesarios de los delitos de privación ilegítima de la libertad y tormentos, que sufrieron los empleados de la compañía detenidos entre el 24 de marzo y el 20 de agosto de 1976.
Por: Gimena Fuertes
Luego de once años de iniciada la causa, los ex directivos de la automotriz Ford deberán prestar declaración indagatoria por el secuestro de los delegados gremiales y las torturas que les fueron aplicadas dentro de la misma planta que aun hoy posee en la localidad de Pacheco.
Los imputados, sospechosos de haber señalado a los delegados para que sean secuestrados, son el entonces presidente y representante legal de la firma Nicolás Courard, el subgerente Pedro Müller, el jefe de personal Guillermo Galarraga y el jefe de seguridad de la planta Héctor Sibilla. Todos ellos están acusados como partícipes necesarios de los delitos de privación ilegítima de la libertad y tormentos, que sufrieron los empleados de la compañía detenidos entre el 24 de marzo y el 20 de agosto de 1976.
Los delegados que fueron secuestrados y torturados son Jorge Enrique Constanzo, Marcelino Víctor Reposi, Luciano Bocco, Luis María Degiusti, Francisco Guillermo Perrotta, Carlos Rosendo Gareis, Hugo Adolfo Núñez, Pedro Norberto Troiani, Juan Carlos Conti, Vicente Ismael Portillo, Carlos Alberto Propato, Rubén Traverso, Ricardo Ávalos, Héctor Subarán, Raimundo Cayetano Robledo o Mirco Robledo, Eduardo Norberto Peluga, Pastor José Murúa, Juan Carlos Ballestero, Adolfo Omar Sánchez, Rubén Manzano, Juan Carlos Amoroso, Carlos Enrique Chitarroni, Fernando Mario Groisman y Roberto Cantelo.
La causa se inició en 2001 y si bien sólo involucraba a responsables militares, el grupo de delegados siempre acusó a los directivos. La investigación judicial comenzó en el juzgado de Daniel Rafecas y luego pasó al departamento judicial de San Martín donde durmió años bajo la tutela del juez subrogante Juan Manuel Yalj y el fiscal Jorge Sica que también llevaba la causa similar de los obreros de la automotriz Mercedez Benz. Desde que la jueza federal de San Martín, Alicia Vence asumió al frente del juzgado, la causa avanzó y ahora los directivos deberán comparecer el 18, 19, 25 y 26 de febrero próximos.
El abogado de los trabajadores, Tomás Ojeda Quintana, aseguró a Tiempo Argentino que "es impresionante el caudal probatorio de esta causa". "Está claro la complicidad material, y también está probado que el motivo fue el interés comercial de la empresa, ya que estaba Ford acelerando su línea de producción y la comisión interna era una molestia, de hecho, no desapareció ningún otro trabajador", explicó el abogado.
Pedro Troiani trabajaba en la planta de montaje, y fue elegido delegado. "El 27 de marzo el Ejército que tenía sede en Campo de Mayo invadió la fábrica con camiones, tanquetas, helicópteros, y ese mismo día se llevaron a cuatro compañeros delegados, y así empezamos a caer unos 25 en total, estabas en la línea de trabajo y te llevaban al quincho, ahí nos torturaban con golpes y submarinos secos, y además la empresa te mandaba a tu casa un telegrama diciendo que faltábamos sin aviso."
Otra de las víctimas, Carlos Propato, era primer oficial de pintura y está contento con el llamado a indagatoria de quienes lo señalaron. "Es un paso muy importante, no sólo para nosotros sino para todo el movimiento obrero del país. Fuimos torturados dentro del mismo lugar del trabajo, a mí no me chuparon de la calle, me sacaron de mi puesto de trabajo y me torturaron el quincho de la planta, después estuvimos desaparecidos en la comisaría primera de Tigre hasta que nos pasaron a Devoto bajo el Poder Ejecutivo Nacional", recordó.
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