Las víctimas de Bussi
En Tucumán, ayer se encontró una fosa con restos de al menos quince desaparecidos. En otro lugar de la provincia fueron identificados los restos del senador justicialista.
Los esqueletos estaban quemados, con las manos atadas. Fueron encontrados en una fosa común en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, donde funcionó el centro clandestino de detención en el que el dictador Antonio Domingo Bussi, recién fallecido, solía presentarse para fusilar a los secuestrados, disparando él mismo un tiro en la nuca del primero de la fila. La confirmación del hallazgo coincidió con una segunda noticia: también en Tucumán, pero en una fosa ubicada en otro lugar, el Pozo de Vargas, fueron identificados los restos de Guillermo Vargas Aignasse, senador provincial justicialista desaparecido en 1976.
Según el juzgado federal a cargo de Daniel Bejas, que dio a conocer la información sobre los esqueletos encontrados en el ex Arsenal, los cuerpos corresponden a por lo menos 15 personas. En el lugar está trabajando el Equipo Argentino de Antropología Forense, con colaboración del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.
Los primeros hallazgos en el predio se habían hecho el 31 de marzo pasado, cuando se descubrieron restos óseos humanos y la presencia de paredes quemadas. A partir de eso, un trabajo de meses de los antropólogos permitió encontrar, según detalló el juzgado, “una fosa común con esqueletos completos en diferentes posiciones, varios de ellos atados en las extremidades superiores, algunos con presencia de proyectiles de arma de fuego y vainas asociados directamente”.
Se informó que los cuerpos “se encontraban ubicados como cayeron” en una fosa “que habría sido de quema”, ya que se encontraron restos de neumáticos y rastros de combustión en los cuerpos. Los investigadores estiman que se trató de un lugar de ejecución.
Desde 1975, en el Arsenal funcionó el mayor campo de concentración de Tucumán, con una doble alambrada perimetral y torres de vigilancia. Hasta allí solía ir Bussi para encabezar ejecuciones de prisioneros con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Un gendarme arrepentido confió que el entonces gobernador de facto mató así a la adolescente Ana María Corral, de 16 años.
Al mismo tiempo que se conocía el hallazgo de los esqueletos en el predio del Arsenal, los familiares del senador Vargas Aignasse confirmaban que habían logrado ser recuperados los restos del dirigente. La identificación se realizó mediante un cotejo del ADN de tres de sus hijos, María Marta, Gerónimo y Mariana. “Fue un momento de mucha conmoción, porque terminamos un proceso de búsqueda que parecía imposible”, señaló Gerónimo Vargas Aignasse. “Uno siempre tiene la esperanza de que va a encontrar a quien está desaparecido. Esa condición es el limbo del horror, no se puede terminar de resolver el duelo.”
El Equipo de Antropología Forense lleva recuperados varios cientos de trozos de ropa, calzados y huesos sacados del Pozo de Vargas, una vieja construcción de mediados del siglo XIX realizada originalmente para extraer agua. Los restos están entremezclados con cal y otros componentes químicos, lo que dificulta la identificación de las víctimas. En este caso, el cotejo genético dio una certeza del 99,9 por ciento.
Hasta ahora se extrajeron muestras del Pozo de hasta unos 50 metros de profundidad, pero quedarían todavía unos 30 metros más para llegar al fondo, donde se presume que estaría la mayor concentración de pruebas.
Por el asesinato de Vargas Aignasse, Bussi fue llevado a juicio oral y condenado a cadena perpetua junto al ex jefe del tercer cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.
En Tucumán, ayer se encontró una fosa con restos de al menos quince desaparecidos. En otro lugar de la provincia fueron identificados los restos del senador justicialista.
Los esqueletos estaban quemados, con las manos atadas. Fueron encontrados en una fosa común en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, donde funcionó el centro clandestino de detención en el que el dictador Antonio Domingo Bussi, recién fallecido, solía presentarse para fusilar a los secuestrados, disparando él mismo un tiro en la nuca del primero de la fila. La confirmación del hallazgo coincidió con una segunda noticia: también en Tucumán, pero en una fosa ubicada en otro lugar, el Pozo de Vargas, fueron identificados los restos de Guillermo Vargas Aignasse, senador provincial justicialista desaparecido en 1976.
Según el juzgado federal a cargo de Daniel Bejas, que dio a conocer la información sobre los esqueletos encontrados en el ex Arsenal, los cuerpos corresponden a por lo menos 15 personas. En el lugar está trabajando el Equipo Argentino de Antropología Forense, con colaboración del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.
Los primeros hallazgos en el predio se habían hecho el 31 de marzo pasado, cuando se descubrieron restos óseos humanos y la presencia de paredes quemadas. A partir de eso, un trabajo de meses de los antropólogos permitió encontrar, según detalló el juzgado, “una fosa común con esqueletos completos en diferentes posiciones, varios de ellos atados en las extremidades superiores, algunos con presencia de proyectiles de arma de fuego y vainas asociados directamente”.
Se informó que los cuerpos “se encontraban ubicados como cayeron” en una fosa “que habría sido de quema”, ya que se encontraron restos de neumáticos y rastros de combustión en los cuerpos. Los investigadores estiman que se trató de un lugar de ejecución.
Desde 1975, en el Arsenal funcionó el mayor campo de concentración de Tucumán, con una doble alambrada perimetral y torres de vigilancia. Hasta allí solía ir Bussi para encabezar ejecuciones de prisioneros con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Un gendarme arrepentido confió que el entonces gobernador de facto mató así a la adolescente Ana María Corral, de 16 años.
Al mismo tiempo que se conocía el hallazgo de los esqueletos en el predio del Arsenal, los familiares del senador Vargas Aignasse confirmaban que habían logrado ser recuperados los restos del dirigente. La identificación se realizó mediante un cotejo del ADN de tres de sus hijos, María Marta, Gerónimo y Mariana. “Fue un momento de mucha conmoción, porque terminamos un proceso de búsqueda que parecía imposible”, señaló Gerónimo Vargas Aignasse. “Uno siempre tiene la esperanza de que va a encontrar a quien está desaparecido. Esa condición es el limbo del horror, no se puede terminar de resolver el duelo.”
El Equipo de Antropología Forense lleva recuperados varios cientos de trozos de ropa, calzados y huesos sacados del Pozo de Vargas, una vieja construcción de mediados del siglo XIX realizada originalmente para extraer agua. Los restos están entremezclados con cal y otros componentes químicos, lo que dificulta la identificación de las víctimas. En este caso, el cotejo genético dio una certeza del 99,9 por ciento.
Hasta ahora se extrajeron muestras del Pozo de hasta unos 50 metros de profundidad, pero quedarían todavía unos 30 metros más para llegar al fondo, donde se presume que estaría la mayor concentración de pruebas.
Por el asesinato de Vargas Aignasse, Bussi fue llevado a juicio oral y condenado a cadena perpetua junto al ex jefe del tercer cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.
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